Goleador de raza, campeón como futbolista y entrenador, padre de familia, ídolo de varias generaciones... la "Fiera".

Los comienzos

Diego Aguirre nació en Montevideo, capital del Uruguay, en la década del sesenta. Se crió en el Prado junto a sus padres y sus siete hermanos. "Mi padre se dedicó siempre al rubro textil al igual que mis abuelos. Mi madre se encargó de cuidarnos y criarnos a todos nosotros".

Diego recuerda con mucho cariño aquellos años. "Estudiaba en el Colegio San Francisco de Sales, un colegio de curas".

Su profesión la ha llevado impregnada desde muy pequeño. "Jugábamaos a la pelota todo el día. Siempre me gustó. Me crié jugando al fútbol en todos lados, tanto en el colegio como en la calle. Vivía siempre con una pelota de fútbol".

Con la "9" a todas partes

Muchos cominezan jugando en algún sector de la cancha y luego van cambiando de posición. Sin embargo, la "Fiera" siempre se ha movido por el frente de ataque. "Siempre jugué de número 9 o de puntero izquierdo, pero mayormente siempre como centro delantero".

Con la pelota en la mente

Diego llegó al fútbol siendo casi un adulto. El equipo de la Cuchilla le dio su primera oportunidad. "Fui como aspirante a Liverpool con 16 años. Por suerte me ficharon y se hizo todo bastante rápido. Al otro año debuté en primera".

En su corazón y en su memoria guarda con mucho afecto aquellos años ochentosos en la primera división del fútbol uruguayo. "Tengo el mejor recuerdo de esta etapa. Fue espectacular. Yo apenas tenía 17 años y estaba rodeado de gente que pasaba los 30. Era muy raro, porque en unos meses pasé de mirarlos de la tribuna a jugar con ellos. Me trataron muy bien".
 

El cambio: Peñarol

Diego Aguirre es sinónimo de Peñarol. Su nombre se encuentra entre las glorias más importantes de la historia del club. "Mi pase a Peñarol fue bastante curioso. El presidente de Liverpool me llevó a la sede en su auto, me dijo 'vos tenés que jugar en Peñarol', y en 30 minutos se arregló todo".

Con tan solo un año con la camiseta rayada, Diego comenzó a codearse cada vez más con los trofeos y las vueltas olímpicas. "Fue un año increíble. LLegué en 1986 y en ese mismo año fuimos campeones del Torneo Competencia, del Uruguayo y de la Liguilla".

De todos modos, resalta con mucha fuerza un partido especial. "La vez que salimos campeones uruguayos, fue una final un 6 de enero contra Nacional. Fue mi primer gran título".

Pero esto era solo un aperitivo entre la vida de Aguirre y Peñarol. Al otro año, en 1987, los esperaba la tan ansiada Copa Libertadores. "Estaba fuera de todos los cálculos. Mi vida cambió mucho después de ese campeonato y de ese gol. Me hizo ser parte de la historia más rica de Peñarol. Me dio un gran reconocimiento a nivel del hincha".

Su gol agónico en la tercer final ante el América quedó en el recuerdo como uno de los goles más emotivos de la historia de la Libertadores. "Lo más lindo que me pasó es haber hecho ese gol. Me marcó para siempre".

Destino europeo: Olympiakos

Siendo campeón uruguayo y de América, le llegó la posibilidad de pasar al viejo continente. "Surgió la posibilidad de ir a Grecia. Era muy Joven. Tal vez en esa época era más difícil saltar al fútbol europeo".

En tan solo cuatro años había pasado de jugar en Liverpool al fútbol europeo. "Tenía 21 años. Viajé solo. Rescaté muchas cosas de esa época. Crecí mucho a nivel personal y futbolístico".

La vida en Brasil

Luego del pasaje por Grecia le llegó la posibilidad de jugar en el fútbol brasileño. Internacional y San Pablo, dos de los equipos más importantes de dicho país, lo esperaron con los brazos abiertos. "Dos instituciones muy fuertes con hinchadas espectaculares".

Diego guarda un grato recuerdo de sus años en suelo norteño. "El fútbol brasilero me dejó el orgullo de haber jugado con los mejores. Fue la posibilidad de jugar no solo con jugadores de selección sino en una de las mejores ligas del mundo".

Cruzando de vereda: Argentina

Como si fuera poco, luego de jugar en los equipo más importantes de Uruguay, Brasil y Grecia, le llegó la oportunidad de Argentina. Independiente de Avellaneda, multicampeón a nivel nacional e internacional sería el nuevo destino del centro delantero. "Un equipo muy grande. Fue la oportunidad de conocer el mercado argentino y de jugar con futbolistas de primer nivel".

La vuelta a casa: Peñarol

Algo previsible. Peñarol pensó en Diego y él acepto rápidamente. El regreso se dio antes de lo esperado. El pueblo carbonero se daba el gusto de volver a disfrutar a su ídolo. "Se dio como algo normal. Era como volver a mi casa, lo sentí así. Después de lo que había vivido en el club estaba totalmente identificado".

Bolivia, España, Uruguay y Chile

Antes de volver al viejo continente tuvo un pasaje por fútbol boliviano. El Bolívar, club más importante de dicho país, fue su nuevo club. "Fue un pasaje muy corto. Jugué una Copa Libertadores."

"Todas las experiencias que tuve, cortas o largas, las valoro. Sobre todo, porque me fueron a buscar. Más allá de que un mercado sea mejor que otro, siempre me ayudó a crecer personalmente y para mi vida profesional".

Diego quería revancha en Europa y la tuvo. Marbella y Deportivo Orense, de la Liga española, fueron los clubes por los que transitó durante tres años. "Fueron unos años barbaros. La pasé muy bien".

La oportunidad del volver al país lo tentó. "Volví al Uruguay para jugar en el River de Fernando Morena. Fue muy lindo reencontrarnos. Había un grupo barbaro. Yo llegué con 30 años y era uno de los mayores".

Antes de finalizar su carrera surgió una posibilidad del exterior. "Estuve un tiempo en Chile. Me había ido a vivir al sur. Recién había nacido mi hija".

El final: Rentistas

Rentistas marcó el final de su carrera. Diego se despidió profesionalmente de la pelota en su país. "Volví unos meses para terminar. Paralelamente estaba haciendo el curso de técnico. Era lago que lo fui analizando con tiempo. Cuando llegó el momento ya estaba terminando el curso, deseoso de poder estar del otro lado de la raya".

Desde afuera

Su pasión por el fútbol fue más fuerte que todo y la "Fiera" nunca pudo desprenderse de ello. La vida como director técnico le empezaba a hacer un guiño. "Comencé en la Liga universitaria dirigiendo al Carrasco Lawn tenis. Estuve un año".

En su primera experiencia Diego dejó en claro sus condiciones y para lo que estaba preparado. "Mi primera oportunidad profesional me la dio Plaza Colonia. Se armó un buen cuadro. En ese momento no nos conocía nadie, pero después saltaron a la luz varios jugadores como Lugano, Baldi, Leguizamón. Se armó un cuadrazo y nos clasificamos a la Liguilla".

La oportunidad

Peñarol, necesitado de triunfos, pensó en él. El ídolo volvía a casa. "Hacía tres años seguidos que el eterno rival venía saliendo campeón y había que cortarlo. Yo llevaba sólo un año dirigiendo, pero acepté el reto".

Diego quebró la mala racha. Le ganó el campeonato de atrás a Nacional y seguía ensanchando su espalda en el club. "Conseguimos el Campeonato uruguayo. Fue algo muy significativo para mí, porque lograba como técnico lo que había logrado como jugador".

Al año siguiente, no corrió con la misma suerte. El campeonato estuvo muy cerca, pero se escapó en las últimas fechas. "En 2004 no pudimos y salió campeón Danubio. Se nos escapó el campeonato en el final".

Sumando experiencia: Aucas - Wanderers

Rápidamente el destino lo puso en el exterior. "Estuve un año en el Aucas. Fue mi primera experiencia como entrenador fuera del país".

Más tarde, Montevideo Wanderers le abrió las puertas. Diego volvía a trabajar en su país y nuevamente colocaba a su equipo entre los mejores del torneo. "Se armó un grupo muy bueno. Tuvimos una gran temporada, coronándolo con la clasificación a la Copa Libertadores".

De celeste

Su buen torneo en el fútbol doméstico lo puso a cargo de la selección uruguaya sub 20. "Fue de las cosas más lindas y gratificantes que me pasó. Haber sido parte del proceso del 'Maestro' Tabárez y haber sido elegido por él es algo que me genera orgullo".

Su etapa en la selección marcó a una camada de jugadores que rápidamente forjaron sus propios nombres en primera. "Es muy lindo ver como mucho de esos jugadores hoy son titulares en equipos importantes de Europa".

La ansiada vuelta

Siendo un técnico de élite y considerado como uno de los mejores de nuestro país, aceptó un desafío clave en su carrera detrás de la raya. Peñarol hacía siete temporadas que no salía campeón (la última había sido con él) y necesitaba urgente descomprimir al situación con un título. Diego se animó y lo hizo. "Hicimos una campaña espectacular. Hacer 43 puntos de 45, siendo invictos y estando 10 unidades abajo de Nacional, es algo inimaginable. Creía en que se podía revertir, pero no de esa forma".

Tras la histórica campaña realizada en el club de sus amores, decidió dar un paso al costado. "Me apareció alguna alternativa en lo profesional que después no se concretó. Yo ya había logrado el objetivo: el campeonato".

La vuelta: capítulo 3

Seis meses más tarde se presentaba la posibilidad de volver a Peñarol. La gente lo pedía a gritos y Diego decidió pegar la vuelta. "Sabía que iba a volver, pero se dio antes de lo que pensaba".

El semestre fue soñado. La "Fiera" puso a su querido club entre los más importantes de América. "Otra campaña brillante. Llegamos a la final después de mucho tiempo. Dejamos en el camino a muy buenos equipos como al Inter o a Vélez. Vivimos emociones tremendas".

La apuesta

Tras la gran campaña a nivel continental surgió la chance de probar suerte en Qatar. "Gracias al éxito que tuvimos con Peñarol nos llegó esta posibilidad. Fue una decisión muy difícil de tomar. Dejar el club fue algo que nos costó mucho, pero sentí que era una oportunidad que no podía decir que no".

Diego llegó a Al Rayyan con un año de contrato. El equipo finalizó tercero en la Liga peleando el certamen hasta las últimas fechas y se consagró campeón en la Copa del Príncipe. La gran campaña realizada por la Fiera hizo que recibiera el reconocimiento como Mejor entrenador de la temporada. Al Rayyan, satisfecho por el trabajo llevado a cabo en el primer año, decidió renovarle contrato

El futuro

Con la visión ganadora que ha tenido a lo largo de toda su vida, Diego Vicente Aguirre analiza su futuro. "Siempre voy a más. Me veo dirigiendo a equipos grandes, peleando cosas importantes. Me estoy preparando para eso".